¿Quieres un sofá cómodo, con diseño y sofisticado? ¡Atrévete con un Chester!
El sofá Chester ha evolucionado hasta nuestros días convirtiéndose en un mueble emblemático. Si optas por un Chester , conseguirás un toque de elegancia sea cual sea el resto de la decoración y estilo del comedor y es que es una pieza que encaja en cualquier ambiente: clásico, vintage, chic...
Los sofás Chester son modelos fabricados artesanalmente, en los que las líneas más clásicas del estilo inglés se fusionan con las más actuales. Su origen se remonta al siglo XIX, cuanto el Conde de Chesterfield encargó un sofá Chester que permitiera a los nobles sentarse rectos evitando posturas indecorosas. Fabricados en piel, polipiel o en tejidos de diferente índole, como terciopelo o chenilla, ofrecen un acolchado especial, con aspecto mullido y botones repartidos geométricamente que se conoce como capitoné. Incluir sofás Chester en tu decoración es optar por el la sobriedad, la elegancia, la sofisticación y la suntuosidad.
Este sofá se caracteriza por tener los brazos y el respaldo a la misma altura, la forma de voluta de los brazos; sus patas de madera, cortas y torneadas que pueden llevar (al igual que otros diseños ingleses) ruedas para moverlo con comodidad, y el tapizado en capitoné del respaldo.
En origen, el material habitual de la tapicería era el cuero en colores oscuros, en la gama de los marrones, principalmente, aunque ahora también los hay de telas de distintas texturas, desde chenillas y terciopelo pasando por el algodón y el terciopelo.
El Chester pasó de los clubs a otros ámbitos de la sociedad más adinerada como las bibliotecas de particulares y despachos de universidades. Ha seguido evolucionando hasta llegar a nuestros días transformándose en un clásico, en un mueble emblemático y con diseño. Y es que el sofá Chester ha llegado hasta nosotros con excelente salud.
Versionado hasta la saciedad, en estos momentos sigue siendo tendencia. Lo encuentras en capitoné de todos los colores, incluyendo el rojo, pero también emulando al original en cuero natural o sintético, con aspecto desgastado, en colores marrones y tierras, en negro e, incluso, en piel blanca.
En cuanto a telas, los terciopelos y acabados similares son los más buscados. Si optas por un Chéster , conseguirás un toque de elegancia sea cual sea el resto de la decoración y su estilo.
Es una pieza que encaja en cualquier ambiente de interior: clásico, vintage, chic, incluso industrial. Eso sí, tiene un gran peso visual por lo que tendrás que tener en cuenta los volúmenes del resto del mobiliario.
Como bien hemos dicho el capitoné es uno de los elementos característicos del Chester. Este estilo de tapizado es de origen inglés y en la actualidad además de verlo en sofás también está presente en sillones, sillas y banquetas, incluso en cabeceros de cama y mesas de centro.
El capitoné aporta a tus muebles un aspecto acogedor y resulta clásico y elegante. Algún elemento tapizado en este estilo genuinamente británico hará que tu casa gane enteros.
Es, además, y a pesar de su clasicismo, muy fácil de integrar en cualquier tipo de decoración. Úsalo más osadamente con los colores -intensos y saturados- que sean tendencia en cada temporada. El resultado será espectacular.
Sin duda con las peculiaridades que presenta el sofá Chester podrás presumir de un salón auténtico, genuino y único.
¿Te atreves a poner un Chester en tu vida?